lunes, 29 de noviembre de 2021

«El infinito en un junco»: el origen, presente y futuro de la Biblioteca en Occidente

La autora de este best seller (Clarín 2020), Irene Vallejo, nació en Zaragoza, España, en 1979. Es filóloga clásica de formación y en su labor de escritora cultiva varios subgéneros literarios como la novela, el ensayo y la literatura infantil y juvenil. Por su Infinito en un junco (Vallejo 2019) se le concedió el Premio Nacional de Ensayo de su país en el año 2020.

Antes que nada, lo primero que llama la atención de este libro es su poético título. Afortunadamente, casi al final de esta obra (pp. 358-359), la autora hace una pequeña y breve teoría de los títulos de los libros, la cual puede servir también para explicar el mismo título de este ensayo. Explica en esa parte que hasta antes del XIX los títulos eran escuetos y aburridos, pero es a partir de ese siglo cuando ocurre un cambio, y los autores y las casas editoriales crean o escogen títulos para llamar la atención del lector. Incluso muestra evidencia de ello (p. 359) al presentar una pertinente y larga lista de títulos de libros de diverso tipo en los que, efectivamente, corrobora lo que menciona.

El infinito en un junco es un ensayo muy bien documentado y con un discurso descriptivo que se basa, sobre todo, en hechos concretos. La autora no pretende persuadir a los lectores con algún tipo de ideología ni filosofía de la vida. Al contrario, ofrece al lector sucesos puntuales que ocurrieron y están ocurriendo en la actualidad y los desarrolla. En esto coincide con Theodor Adorno (2003: 13) cuando  dice que «El ensayista rechaza sus propias orgullosas esperanzas que sospechan haber llegado alguna vez cerca de lo último; las que él puede ofrecer no son más que explicaciones de poemas de otros». En este sentido, la autora da libre albedrío a sus lectores para que saquen ellos mismos sus propias conclusiones. Al fin y al cabo, todo el vasto y variopinto contenido que ofrece en este ensayo, confluye para que se pueda entender de dónde viene y adónde va el objeto libro como portador de los conocimientos imprescindibles para el ser humano.

Asimismo, complementa su polifonía de voces con innumerables y diversas referencias relacionadas al tema central; es decir, relacionadas con el origen, presente y futuro de la Biblioteca en Occidente. A propósito de esto último, esta complementación con referencias funciona como actualizador de su discurso y contenido. De entre los muchos ejemplos que se pueden mencionar, son las de alrededor de 23 películas de cine de todos los tiempos que van apareciendo a lo largo del ensayo.  También se hace mención de innumerables escritores y directores de cine fallecidos y vivos, y novelas adaptadas a la industria cinematográfica. Aparecen, a su vez, anécdotas o experiencias de todo tipo que le ocurrieron a la autora en sus incursiones a bibliotecas en varios países. Incluso hay crítica literaria dentro de esta obra, con la crítica a la afamada Fahrenheit 451Actualiza también Vallejo mencionando a otros críticos literarios y ensayistas. Pero, de todas estas actualizaciones, resalta la del mundo del cine por encima de las demás. Esto quizás debido a la popularidad del séptimo arte y porque se cohesiona pertinente y más precisamente al contenido del libro, sin perjuicio de las demás referencias que también colaboran para dar sentido a la obra en su conjunto.

En el transcurrir del libro, hay pinceladas de momentos sublimes y poéticos que ornamentan, al insertarse de forma magistral, su discurso ensayístico, como cuando dice: «Creo que el tatuaje es una supervivencia del pensamiento mágico, el rastro de una fe ancestral en el aura de las palabras» (p. 80).

Líneas arriba se había mencionado la ambigüedad del discurso (voz de la narradora y de la autora) en algunos pasajes de El infinito en un junco. Esto va en consonancia con lo que Roland Barthes (2007: 51) afirmaba acerca del ensayo: «[es un] género ambiguo en el que la escritura disputa con el análisis». 

En cuanto a la disposición o distribución de los componentes anteriormente mencionados (los actualizadores de discurso y contenido), hay dos grandes bloques: Grecia y Roma, con sus respectivos subcapítulos, lo cual es absolutamente normal en cualquier ensayo. Lo que sí llama la atención, en el sentido positivo de la palabra, son las subdivisiones (de cantidad variable) que hay entre los subcapítulos. Éstas subdivisiones están marcadas por números ordinales contínuos tanto en el bloque de Grecia como en el de Roma, y tendrían su razón de ser en el modo fragmentario del discurso en este ensayo. En efecto, aquellos componentes que actualizan el contenido del discurso y contenido aparecen de forma dispersa en cada una de estas subdivisiones. La resultante de esta forma de escritura es un ensayo antistemático o, si se quiere, anticartesiano.

Pero esta forma de escritura fragmentaria no es nueva ni extravagante, ni mucho menos marginal. En el siglo pasado, Theodor Adorno (2003: 24) planteaba todo lo contrario al método tradicional de Descartes; es decir, en vez de empezar a conocer y ordenar los objetos por los simples y fáciles, se debe empezar por los más complejos y luego desordenarlos.

Este análisis de los aspectos formales de El infinito en un junco no puede aspirar a ser medianamente completo si no va acompañado por un recorrido rápido, a grandes rasgos, por los aspectos de fondo o de contenido. Por ello a partir de este punto se hará mención de algunos de los hitos históricos más relevantes.

Esta obra es una gran odisea en el tiempo y en el espacio de la Biblioteca en Occidente. Comienza su periplo en un territorio fuera de Europa, en Alejandría, Egipto. Así, el eurocentrismo queda totalmente descartado, no solo por la cronología y el lugar, sino por los argumentos que la autora defiende en este ensayo.

Fue Alejandro, rey de los macedonios y griegos, un monarca con luces y sombras, quien soñó con una biblioteca que reuniese todo el conocimiento del mundo conocido. Su imperio iba desde Grecia, pasando por Egipto y Oriente Medio, hasta la India. Sin embargo, la muerte le llegó antes al rey y no pudo hacer realidad su sueño, y quedaron sus posesiones a merced de sus generales y oficiales que habían sido casados con princesas extranjeras para consolidar su gran reino. Era pues el sueño del Alejandro hacer de su reino un reino mestizo. Será Ptolomeo, uno de sus generales, de orígenes egipcios pero que no hablaba ese idioma porque había sido aculturado helénico, quien construirá la primera biblioteca de Alejandría. 

Como no podía ser de otra manera, Grecia es la génesis de la cultura de Occidente y, por ende, de la Biblioteca Occidental. No obstante, la autora hace patente en el libro que el mundo griego y la cultura occidental no sería la misma o, mejor dicho, no hubiese alcanzado el nivel que alcanzó de no ser por el contacto con otras culturas no europeas, a raíz de las conquistas de Alejandro y por otros eventos históricos que acercaron a Occidente con Oriente. Ocurrió entonces un mestizaje no solo genético, por el casamiento de los oficiales griegos con las princesas extranjeras, sino también cultural entre Occidente y Oriente. El mestizaje es una idea que aparece con precisión en muchos tramos de este ensayo. Lo cual es un enorme acierto porque esta idea explica muchas cosas que el discurso más eurocentrista es incapaz de hacer.

En El infinito en un junco, ese mestizaje también tiene lugar de forma simbólica en la mitología griega cuando la autora hace mención del personaje mitológico Europa, personaje que dará nombre al continente europeo. Sus orígenes están en Oriente Próximo. El mestizaje es el tema que subyace en todo el libro. Está presente en muchas ocasiones.

Este libro, como se ha ido viendo en el presente artículo y más aún para los que lo han leído, está repleto de hitos históricos. Uno de los tantos que menciona Vallejo es la oralidad que aun sin ser un hito específico, sino un proceso histórico, su presencia es importantísima. Así, por medio del mensaje oral se transmiten los relatos para niños y adultos desde tiempos inmemoriales. Pero la difusión del conocimiento mediante la oralidad iba a ser transformada con la invención de los soportes alfabéticos; es decir, de los soportes o formatos aptos para la escritura, desde las tablillas, el papiro, el pergamino y el códice hasta el libro que hoy conocemos. Esta transformación ocurrirá sin desmedro de la oralidad y a favor solo de la escritura, sino que ambas coexistirán. Más adelante se tratará sobre estos nuevos formatos en el mundo antiguo.

Otro de los hitos históricos fue la contribución indirecta de Aristóteles a la Biblioteca de Alejandría, por medio de los seguidores de su escuela tales como Demetrio de Falero y Calímaco de Cirene. A ambos se les debe la invención del oficio de bibliotecario.

Según la autora, el esplendor de Alejandría tiene lugar en el siglo III a.C. Así, pues, era «la ciudad de los placeres y los libros» (Vallejo 2019: 26). De la Biblioteca de Alejandría se puede decir que es la madre de todas las bibliotecas públicas, es decir, de acceso universal, en Occidente.

Y es aquí cuando la historia parece un cuento al uso, por su carácter narrativo, pero como dice la expresión popular: la realidad supera a la ficción. Entonces, a su vez, se podría utilizar otra expresión coloquial de forma lúdica, lo cual nos permitiría decir: «Érase una vez en un lugar llamado Egipto se empezó a usar los juncos como materia prima para fabricar rollos de papiro...». Sin embargo, lejos de estas transgresiones lúdicas al texto, lo cierto es, ahora en serio, que la autora ubica en el tiempo y el espacio a Egipto como centro del origen del segundo soporte o dispositivo de lectura: el papiro. El primero fue la tablilla de arcilla con escritura cuneiforme en Sumeria. Todo esto último lleva a la reflexión de cuánto ha avanzado la tecnología desde aquellos modestos orígenes a día de hoy. 

A modo de inciso, independientemente de la crítica a este ensayo, se podría decir que el libro físico ha tenido y tendrá grandes competidores. En esta época contemporánea el libro ha sorteado a los más difíciles como el cine, la televisión, Internet y el e-book o libro electrónico. Lo que le depara al libro tradicional en el futuro es incierto. Tampoco se sabe a ciencia cierta cómo incentivar el gusto por la lectura en los jóvenes. Lo que sí es cierto, es que el libro tradicional es más ecológico que un libro electrónico que está cubierto de plástico y lleva en su interior materiales difíciles de degradar en la naturaleza como las baterías. En ese aspecto el libro tradicional le saca ventaja al e-book ya que, como bien dice la autora, los libros se reciclan para crear otros libros. Este proceso haría que se talen menos árboles, con lo cual lo hace más ecológico.

Volviendo al pasado, Vallejo menciona que el papiro pese a tener un futuro prometedor, tuvo dificultades para desarrollarse y permanecer en buenas condiciones en los climas húmedos de Europa. Su deterioro era inminente. Por suerte, en Pérgamo, actual Turquía, se inventó el pergamino aunque su fabricación era carísima por requerir muchas pieles de animales.

La preconfiguración del libro moderno ocurrirá en el bloque dedicado a Roma con la creación del lomo del libro y que dio como resultado el códice. Todo esto en gran parte debido al empuje que le dio el cristianismo al libro por su preferencia con este objeto. La clandestinidad de los grupos cristianos (p. 325) en el Imperio Romano favoreció la difusión del formato de libro de bolsillo y se hizo popular entre aquellos primeros cristianos perseguidos por su fe. Su practicidad radicaba en que era fácil de esconder, llevar a cualquier parte y para encontrar cualquier versículo en la lectura de los evangelios o palabra de Jesucristo. Esto lo diferenciaba de la tradición judáica de leer en rollos la Toráh. Favoreció también a la lectura personal y secreta entre estas primeras comunidades de cristianos.

Muchos pasajes de este libro, como se dijo anteriormente, despiertan y promueven la reflexión. En particular cuando se habla de violencia, venga de donde venga, que afecta de manera grave a las instituciones educativas y culturales de cualquier país, como se verá más adelante. Es en ese sentido este libro, un libro útil para la sociedad porque aquellas reflexiones que suscitan sus páginas hacen en el lector: 1) retroceder en el tiempo, 2) ver lo que está ocurriendo actualmente y 3) vislumbrar de forma sensata lo que podría ocurrir en el futuro. Basta con ver los conflictos armados alrededor del mundo para darse cuenta que la destrucción de la cultura y la educación trae enormes consecuencias para todos pero, especialmente, a los niños y personas dependientes.

Como se venía diciendo, hay pasajes en el ensayo que llevan a la reflexión a los lectores. Sin embargo, no solo debería llevar a la reflexión a los lectores sino, también, debería llevar a reflexión con mayor énfasis a los gobiernos locales y nacionales para que tomen acciones en beneficio de los ciudadanos. A propósito de ello, la cita que incide en esto último es la siguiente: 

«las bibliotecas, las escuelas y los museos son instituciones frágiles, que no pueden sobrevivir mucho tiempo rodeadas por un entorno de violencia. En mi imaginación, la antigua Alejandría se tiñe de la tristeza de tantas personas mansas, cultas, pacíficas que se sintieron apátridas en su propia ciudad, ante el espanto, ya sin asideros, de los años de fanatismo» (p. 231). 

Es tan cierto el fragmento anterior que puede explicar parte del deterioro del sistema educativo y cultural de las comunidades rurales y urbanas de muchos lugares del mundo con esta problemática. Por mencionar un caso, en Perú en épocas del Conflicto Armado Interno en los años ochenta y noventa del siglo XX, entre la organización terrorista Sendero Luminoso y el Estado Peruano. No fue casualidad que haya empezado esta «guerra popular» (Gurmendi 2019: 23) atacando a la Democracia: el 17 de mayo de 1980 estas huestes terroristas seguidoras de su criminal líder Abimael Guzmán quemaron las ánforas y actas para unas elecciones democráticas en un pueblo llamado Chuschi, en la región peruana de Ayacucho. 

Lo mismo se puede aplicar a otras zonas de conflictos armados o de terrorismo a secas. Siguiendo en Latinoamérica, otro grupo terrorista en Perú, el MRTA (p. 140), las FARC en Colombia o los zapatistas en México. Asimismo en lugares más lejanos como Burkina Faso, Níger, Siria, Afganistán, Iraq, Indonesia, etc.

La violencia y destrucción que ocasionan los conflictos armados afectan a las personas que se benefician de las instituciones educativas y culturales como las escuelas, las bibliotecas, los museos... Por tanto, es obligación de los gobiernos y ciudadanos estar alertas ante estas agresiones, pues su futuro dependerá de tomar las decisiones correctas. La democracia, si bien no es perfecta y que se puede y debe mejorar día a día, ha demostrado con evidencia que es mejor que otros sistemas políticos como el comunismo o el extremismo religioso. La libertad del individuo y de los ciudadanos están por encima de cualquier sistema político.

Por último, y a modo de conclusión, como se ha visto, El infinito en un junco es un loable esfuerzo de divulgación, pues tiene muchos ingredientes en forma y contenido. Su autora bebe de las fuentes clásicas los orígenes del libro y las bibliotecas y sitúa a los lectores en la actualidad, mediante sus innumerables referencias de diverso tipo. Una vez asimilado el pasado y el presente, el lector se puede hacer una idea, por sí mismo sin intermediarios, de lo que depará el futuro. Asimismo, se desprende de este ensayo que todo lo que gira alrededor del libro, como objeto difusor de conocimiento, y de las bibliotecas, como centro neurálgico y social, son una red interconectada (p. 402). Por medio de esta gran red es posible que el libro siga funcionando como difusor de conocimiento, gracias a la labor de los bibliotecarios, los clubs de lectura y las personas anónimas que muchas veces son olvidadas pero que hacen posible que esta red siga viva.


Juan Post

Lima, noviembre de 2021




BIBLIOGRAFÍA CITADA


Adorno, T. (2003). Notas sobre literatura ,Madrid: Akal

Barthes, R. (2007). El placer del texto y Lección inaugural, Madrid: Siglo XXI.

Clarín Cultura. (4 de diciembre de 2020). El inesperado best seller español: la gran historia de los libros. Diario Clarín. Recuperado de https://www.clarin.com/cultura/inesperado-best-seller-espanol-gran-historia-libros_0_PUtQIoqzX.html

Gurmendi, A. (2019). Conflicto Armado en el Perú, Lima: Fondo Editorial de la U. del Pacífico.

Vallejo, I. (2019). El infinito en un junco, Barcelona: Siruela


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